18 de abril de 2015

Te lo perdiste

"Las oportunidades sólo se presentan una vez en la vida", se lo dije un par de veces antes de que me enterara que estaba embarazada, pero no quiso escucharme.

Él se lo perdió todo.

Se perdió las nauseas matutinas.
Se perdió los antojos nocturnos.
Se perdió mi necesidad de abrazarlo después de llegar del trabajo.
Se perdió el ver mi panza crecer poco a poco.
Se perdió el sentir a su hijo patear mis entrañas.
Se perdió la oportunidad de que Fabián lo reconociera tan solo con escuchar su voz.
Se perdió elegir la cuna.
Se perdió la emoción de ver por fin terminado el cuarto del bebé.
Se perdió la extrañeza que se siente hablar con una panza que por ahora no te puede responder.
Se perdió la simpleza de dormir acariciando a través de mi piel al hijo que creamos.

Se perdió la oportunidad de vivir con nosotros.
Se perdió la oportunidad de tener una familia.
Se perdió la oportunidad de ver crecer a su hijo.

Él se lo perdió todo, pero yo, me he ganado el paraíso.

4 de diciembre de 2013

Hay cosas que odio.

Su nombre es Ruperto, pero podría tener cualquier otro, incluso el tuyo o el mío. No tiene más de 60 y...al igual que todos, está muriendo lentamente. La única diferencia es que, según sus propias palabras, "se está pudriendo por dentro". 

Tiene cáncer de colon, las células crecieron descontroladamente y no sólo invaden el intestino grueso, también parte del delgado y el estómago. Ya es demasiado tarde, medicamente no hay nada que hacer, sólo esperar y tener mucha paciencia.

Físicamente es alto, 170 aproximadamente, la enfermedad lo ha adelgazado, piel clara, cabello canoso, ojos negros y nariz respingada. Es callado, casi no dice nada, a diferencia del resto de los 5 pacientes con los cuales comparte la sala de hospital. Sólo habla cuando se le realizan preguntas, o cuando decide discutir con su esposa.

Hoy me llamó y me pidió que me sentara junto a él cinco minutos. - No te quito más tiempo porque se que tienes cosas que hacer-.

Me senté junto a él, desde un principio supe que sería una de esas conversaciones que detesto tener.

- Estoy muriendo - . Se le llenaron los ojos de lagrimas.
- Todos morimos Ruperto-

Miró hacia el techo y dijo:

-No me refiero a eso Ana, sabes de lo que hablo-

-Lo sé-

-Antes de llegar aquí pensaba que los médicos curarían esta enfermedad, pero han sido sinceros y me han dicho que no hay remedio. ¿Cómo podía saber que el Cáncer se desarrolla sin ningún síntoma?. Nunca me sentí mal. ¡Y ahora mírame! ¡No puedo levantarme a bañar!¡No puedo comer solo!
¿Sabes qué es la parte que más me duele?. La carga que se está llevando mi esposa y mis hijas. Ellas están cansadas...y yo también.
Creo que no fui un mal esposo, me hice responsable de mis hijas, las amo a las tres, jamás anduve de cabrón con alguna otra mujer, le guardé respeto a la mía y a nuestra casa.
No sé por qué Dios me castiga de esta manera, habiendo tanta gente que mata, roba, se porta mal y no se enferman.
El punto Ana es que, voy a morir antes de lo que había planeado. Tengo miedo, por mi, por el dolor que le causaré a la gente que me rodea. Pero sobre todo porque no sé con qué me encontraré "allá".

- Escribales una carta, a cada una de ellas, ahorita tiene tiempo libre de sobra, hágales saber todo lo que usted quiere, agradezca, pida perdón, lo que sea. Eso, Ruperto, les ayudará con el duelo el día que deje de estar con nosotros. Yo no le puedo decir que encontrará "allá" porque no lo se, lo único que le puedo decir es que "allá" ya no sentirá dolor, podrá comer todo lo que a usted le gusta e incluso podrá bañarse sólo.

-¿Te puedo pedir un favor?¿Me podrás conseguir hojas blancas y una pluma? Escribiré mientras ellas se van a comer o a descansar, y si la "flaca" viene por mi mientras estoy hospitalizado te voy a pedir de favor que tú se las des, si me dan de alta antes, ya se me ocurrirá algo.

-Claro que si, 

Odié la conversación de principio a fin, odio el cáncer, odio la manera lenta y dolorosa en la que pasan sus últimos días, odio el llanto, odio la muerte y el olor tan peculiar que aparece cuando está cerca de mi. Odio dar el pésame a la familia, odio que me agradezcan entre lágrimas. Odio no poder hacer nada por ellos. Odio amortajar y despedirme de las personas.

Esa, es la parte que odio de ser enfermera.

1 de septiembre de 2013

Te odio

Odio cuando me miras,
odio cuando me besas,
odio cuando me abrazas,
odio cuando me acaricias,
odio cuando me hablas,
odio cuando me deseas,
odio cuando soy tuya,
odio cuando te enojas,
odio cuando sonríes,
odio cuando hablas,
odio cuando callas.

Me odio por perderme en tus ojos, en tus labios, en tu piel, en tu aroma.

Odio al tiempo por ser corto cuando te tengo y largo cuando estoy lejos.

Te odio porque me lo recuerdas, me odio por buscarlo en ti. 

Odio al destino que te trajo hasta aquí....y los años que me separan de ti.

Te odio por amarme, me odio por amarte.

30 de agosto de 2013

Te escribo porque te amo.

Todo se prepara, "¡está listo ya!", suena el teléfono, médicos y enfermeras corren por los pasillos del hospital. El tiempo corre, es vital, cortan, abren, ingresa una mano, la siente, la jala....termina la gestación dentro del vientre, ahora continuará sobre un calor artifical. Respira, llora, gime, sufre. "¡Está viva!" 

Salen, corren, "¡se enfría!", la calientan, la secan, la ayudan a respirar, "¡desatura!", se conecta el oxígeno, la aspiración. "¡Una cánula!", todos quieren ayudar. 

"¡No puedo!¡No queda!"...la presión, inexperiencia y la desesperación los inunda. "¡Así no!".

Teléfonos sonando, pasos desesperados, el tiempo corre, el tiempo corre, es vital, silencio, murmullos...ella llora, le duele, lucha, se mueve, desespera y se cansa.

"¡Por fin!", 6 corazones laten al unisono, pero sólo uno importa, ese que bombea sangre a más de 140 por minuto, los demás no...ellos ya han amado, vivido y llorado...ella no.

La calma reina... una estrella en el cielo hoy no brillará porque se ha convertido en Ángela, con tan solo 1 kilo de peso ha llegado a iluminar el universo de sus papás.

13 de abril de 2013

A Estefania

Estefania llegaste a este mundo un 12 de Abril a las 10:30 de la mañana.Yo, te conocí ese mismo día.

Te observé de pies a cabeza, en la boca tenías un tubo que te permitía respirar de manera artificial, en el cuello un par de mangueras para alimentarte, debajo de lo que por 6 meses fue la unión con tu mamá había una herida cerrada, cubierta con gasas, aún así pude notar que la sangre te brotaba; los brazos, las piernas y las manos los tenías de un tono azulado. 

Cuando tus papás entraron en la habitación, la inundaron de dolor y tristeza...todos sabíamos que jamás te escucharíamos llorar, sabíamos que nunca te veríamos partir a casa en brazos de mamá.
Guardamos silencio, inmerso en él... algunos no pudimos evitar llorar. Si aquella tarde hubiésemos guardado las lágrimas derramadas por tu causa, habríamos cubierto de nuevo el mar de Aral.

Esa noche, me fui a la cama pensando en ti y la manera en que luchabas por seguir aquí. Junto a ti me sentí débil y te recordé tan fuerte; parecías una flor enraizada a la fuerza en este mundo terrenal. 

Le pedí a Dios que te evitara sufrimientos. ¿Quienes somos nosotros para mantenerte aquí?¿Quienes somos nosotros para decidir si te quedas o te vas?. ¡Nada! ¡No somos nada comparado con el milagro de la vida y la muerte!.

Aquella tarde te miré Estefania y te encontré bella y perfecta.

31 de marzo de 2013

Dos cuerpos


Dos cuerpos frente a frente 
son a veces dos olas 
y la noche es océano. 

Dos cuerpos frente a frente 
son a veces dos piedras 
y la noche desierto. 

Dos cuerpos frente a frente 
son a veces raíces 
en la noche enlazadas. 

Dos cuerpos frente a frente 
son a veces navajas 
y la noche relámpago. 

Dos cuerpos frente a frente 
son dos astros que caen 
en un cielo vacío.


Octavio Paz (31/Marzo/1914 - 19/Abril/1998)

25 de marzo de 2013

Carta de un trabajador de antirrábico.


Estimados:

Creo que nuestra sociedad necesita una llamada de atención. 



Como responsable de una perrera, voy a compartir algo con ustedes… una mirada desde “dentro” si me lo permiten;

Antes que nada, todos los que son vendedores/criadores de animales deberían al menos trabajar un día en una perrera. Tal vez si ven la mirada triste, perdida, los ojos confusos, los harían cambiar de opinión sobre criar y luego vender a personas que ni siquiera conocen. Ese cachorro que acabas de vender terminará posiblemente en mi perrera cuando deje de ser un perrito lindo. 

Entonces, ¿cómo te sentirías si supieras que hay una probabilidad del 90% de que ese perro nunca salga de la perrera si es que llega a parar allí? Sea de raza o no. El 50% de los perros que entran en mi centro, abandonados o callejeros, son de raza pura.

Las excusas más comunes que escucho son:

“Nos mudamos y no podemos llevarnos a nuestro perro/gato”. 

¿En serio? ¿A dónde te mudas que no te permiten tener mascotas y por qué has elegido ese lugar en vez de otro donde sí puedas tenerla?

“El perro se hizo más grande de lo que creíamos”. ¡¿Y cuanto te pensabas que crecía un pastor alemán?!

“No tengo tiempo para ella”. ¿De veras? Yo trabajo 10 o 12 horas al día y aun así tengo tiempo para mis 6 perros.

“Está destrozándonos el patio”. ¿Y porque no lo tienes adentro con nosotros?

Siempre me dicen: “No queremos insistirte en que le busques un hogar, porque sabemos que lo adoptarán, es un buen perro”.

Lo triste es que tu mascota NO será adoptada y ¿sabes lo estresante que es una perrera? Bueno, pues déjame que te cuente:

Tu mascota tiene 72 horas para encontrar una nueva familia desde el momento en que la dejes. A veces un poco más si la perrera no está llena y consigue ingeniarselas para mantenerse completamente sano. Si se resfría, se muere.

Los gatos no se libran de una muerte segura.

Tu mascota estará confinada en una pequeña jaula, rodeada de ladridos y llantos de otros 25 animales.

Estará deprimido y llorará constantemente por la familia que lo ha abandonado. Si tiene suerte, y cuento con suficientes voluntarios, quizá podrán sacarlo de paseo ocasionalmente.

Si no, tu mascota no recibirá ninguna atención, aparte de un plato de comida deslizado bajo la puerta de la jaula y manguerazos de agua.

Si tu perro es grande, negro o cualquier raza “bull” (pit bull, mastín…) lo has conducido a la muerte desde el momento que cruzó la puerta. Esos perros no suelen ser adoptados. No importa lo “dulce” que sea o lo “amaestrado” que esté.

Si tu perro no es adoptado en las 72 horas desde su entrada y el refugio está lleno, será sacrificado.

Si el albergue no está lleno y tu perro es suficientemente bueno y de una raza atractiva, es posible que se pueda retrasar su ejecución, aunque no por mucho tiempo.

La mayoría de los perros se ponen en jaulas de protección y se les sacrifica si muestran agresividad. 

Incluso el perro más tranquilo, es capaz de cambiar en este entorno.
Si tu mascota se contagia de la tos de las perreras (traqueobronquitis infecciosa canina) o cualquier otra infección respiratoria, será sacrificado de inmediato, simplemente porque en las perreras no tenemos recursos para pagar tratamientos.

Esta en nuestra mano que esto no vuelva a repetirse.
Y he aquí algo sobre la muerte para aquellos que nunca han sido testigos de cómo un animal, perfectamente sano, será sacrificado:

* En primer lugar, lo sacarán de la jaula con una correa. Los perros siempre piensan que van a dar un paseo, salen felices, moviendo la cola….

* Hasta que llegan a “la habitación”, allí todos frenan en seco. Deben oler o captar la muerte o sentir las almas tristes que se quedaron allí. Es extraño, pero sucede con todos y cada uno de ellos.

* Tu perro o gato se verá sujeto por 1 o 2 técnicos veterinarios, dependiendo del tamaño y de lo nervioso que este. A continuación, se le introduce un electrodo por el año y otro en el hocico, para ser electrocutados aullando de dolor

Esperemos que tu mascota no se asuste al sentirse presa. . Todos no “duermen” inmediatamente. A veces sufren espasmos durante un rato, se ahogan y se defecan encima.

* Cuando ha terminado, el cadáver de tu mascota será apilado como un leño, en un gran congelador trasero, con todos los otros animales, a la espera de ser recogidos como basura.

* ¿Qué sucede después? ¿Será incinerado? ¿Lo llevan al vertedero? ¿Lo convertirán en comida para mascotas? Nunca lo sabrás y probablemente nunca te lo plantearás. Solo era un animal y siempre puedes comprar otro, ¿no?

Espero que si has leído hasta aquí, se te hayan empañado los ojos y no puedas sacarlos de la cabeza, las imágenes que ocupan mi mente todos los días cuando vuelvo a casa desde el trabajo. Odio mi trabajo, odio que exista y odio saber que siempre existirá ....a menos que , la gente, cambie y se de cuenta de las vidas que perjudican son muchas más, aparte de la que dejas en la perrera.

Entre 9 y 11 millones de animales mueren a diario en las perreras y solo tú puedes parar esto. Yo hago todo lo posible por salvar todas las vidas que puedo, pero los refugios (protectoras) siempre están llenos y cada día hay más animales que entran que los que salen.

NO CRÍES O COMPRES MIENTRAS HAYA PERROS MURIENDO EN LAS PERRERAS.

Ódiame si quieres. La verdad duele y la realidad es lo que es. Sólo espero que con esto alguna persona haya cambiado de idea acerca de la cría, de abandonar su mascota en una perrera o de comprar un perro. Ojalá alguien entre alguien en mi trabajo y me diga “he leído esto y quiero adoptar”. Eso haría que mereciese la pena.

Por favor, si quieres que esto cambie, difunde esta carta.

ANÓNIMO DE UN TRABAJADOR DE ANTIRRÁBICO