8 de junio de 2012

Mis dos Mariposas en el Cielo


Cuando era niña, en primavera, recuerdo salir a la calle y ver mariposas revoloteando por cualquier lugar; algunas amarillas, anaranjadas o cafés. Me gustaban porque pensaba que eran "libres" de volar a donde ellas quisieran; no tenían responsabilidades...solo debían preocuparse de comer...

Cuando leí 100 años de Soledad, me cautivó Mauricio Babilonia y sus mariposas amarillas, fue entonces cuando mamá me explico que en algunas culturas se cree que son el alma de los que ya han muerto.

Entre los aztecas "una mariposa jugando entre las flores representaba el alma de un guerrero caído en los campos de batalla. Los guerreros muertos acompañan al sol en la primera mitad de su curso visible, hasta medio día; a continuación vuelven a descender a la tierra en forma de colibríes o mariposas".

Aquella mañana subí a la azotea para que mi cuerpo percibiera un poquito los rayos solares y ahí estaban...dos mariposas amarillas, una muy cerca de la otra, posadas junto a un pequeño charco de agua...me acerqué lentamente a la orilla de la escalera y me senté a observarlas...eran perfectas, muy parecidas pero no iguales. 

Pensé que eran mis hijos, quienes un año atrás habían "volado" con dirección hacia el cielo, llenándome de tristeza, impotencia y decepción. Y supe que eran felices...libres... yendo a dónde ellos quisieran, sin alguien que los atara a algo o a alguien...y los dejé ir...detuve mis lamentos, tristezas, y continúe viviendo. 

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