30 de agosto de 2013

Te escribo porque te amo.

Todo se prepara, "¡está listo ya!", suena el teléfono, médicos y enfermeras corren por los pasillos del hospital. El tiempo corre, es vital, cortan, abren, ingresa una mano, la siente, la jala....termina la gestación dentro del vientre, ahora continuará sobre un calor artifical. Respira, llora, gime, sufre. "¡Está viva!" 

Salen, corren, "¡se enfría!", la calientan, la secan, la ayudan a respirar, "¡desatura!", se conecta el oxígeno, la aspiración. "¡Una cánula!", todos quieren ayudar. 

"¡No puedo!¡No queda!"...la presión, inexperiencia y la desesperación los inunda. "¡Así no!".

Teléfonos sonando, pasos desesperados, el tiempo corre, el tiempo corre, es vital, silencio, murmullos...ella llora, le duele, lucha, se mueve, desespera y se cansa.

"¡Por fin!", 6 corazones laten al unisono, pero sólo uno importa, ese que bombea sangre a más de 140 por minuto, los demás no...ellos ya han amado, vivido y llorado...ella no.

La calma reina... una estrella en el cielo hoy no brillará porque se ha convertido en Ángela, con tan solo 1 kilo de peso ha llegado a iluminar el universo de sus papás.

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